Ayuda a mejorar de forma significativa las relaciones familiares, el ambiente familiar y por ende del bienestar de cada uno de sus miembros. A la vez permite resolver conflictos en la relación intrafamiliar y las dificultades y problemas que puedan estar atravesando algunos de sus miembros. Favorece a la adaptación tras la separación de los padres, ayuda a los hijos en situaciones de miedos, de dificultad en el rendimiento escolar, resuelve dificultades en la comunicación. También favorece al proceso de individuación y autonomía de los hijos.

Este tipo de terapia es útil para afrontar y gestionar síntomas o comportamientos difíciles de algún miembro de la familia, situaciones acuciantes que se dan en el entorno familiar, y que sentimos que están afectando a nuestras relaciones con los miembros de nuestra familia y con nuestro entorno cercano (amigos, escuela, trabajo, etc.).

Las primeras sesiones son un acercamiento para conocer a los miembros de la familia que acude a consulta y la vivencia que tiene cada uno sobre el problema, realizo una valoración general del problema, planteamos vuestras expectativas y definimos objetivos conjuntos, para dar inicio a las sesiones.

Una vez decidan empezar la terapia, nuestras sesiones serán con una frecuencia quincenal, y las sesiones tendrán una duración de 90 minutos.