Favorece el desarrollo integral y saludable de tus hijos, permitiéndoles afrontar y resolver las dificultades que pueden atravesar en sus diferentes momentos evolutivos. Podrán vencer miedos, mejorar su comportamiento, incrementar su autoestima, expresar de una forma saludable sus emociones, mejorar la relación con sus pares, etc. En este tipo de intervención es sumamente importante la implicación de los padres y de las principales figuras de cuidado que tenga el menor.

Esta terapia es útil para problemas de conducta, rabietas, celos entre hermanos, baja autoestima, conductas impulsivas y de riesgo, bajo rendimiento escolar, acoso escolar, dificultad en el sueño y terrores nocturnos, ansiedad y angustia, falta de habilidades sociales, timidez, ánimo triste,etc..

En este tipo de terapia es importante la participación activa de los padres, para asegurar así el mantenimiento de los cambios positivos. Es por ello que la primera sesión está destinada a conocer la historia del niño y/o adolescente a través de sus padres, registrar los datos evolutivos significativos y ahondar en el problema que aqueja al hijo y preocupa a los padres. Tras una sesión conjunta – padre e hijos-, se realiza una valoración general de la problemática y puesta en común de expectativas, y es partir de ahí que empezamos a implementar las sesiones individuales con el menor. Cabe señalar que durante el proceso de terapia hay sesiones exclusivamente destinadas a trabajar con los padres o figuras significativas que estén a cargo del niño y/o adolescente.

Una vez se decida empezar la terapia, nuestras sesiones se darán con una frecuencia semanal, y tendrán una duración de 50 minutos.